Esta silla lleva con nosotros muchos, muchos años, uno de esos proyectos que vas dejando de lado, pero ella seguía allí, esperando... Tal vez por eso le teníamos un cariño especial. Su historia todavía nos enternece: la señora Antonia era una mujer humilde que tenía esta silla como un tesoro, sólo una, pero era tan especial... Así que decidimos hacer algo con ella en honor a Antonia: quisimos darle un aire romántico y majestuoso a una pieza de por sí muy clásica. Empezamos:
1. Hicimos el tratamiento habitual anticarcoma: inyectar cada agujero, pincelar la superficie y tapar con un plástico durante 3 días. A continuación decapamos la madera, ya que el barniz estaba en mal estado. Reforzamos la estructura de las patas, tapamos los agujeros y este fue el resultado:
2. La rascamos bien y le aplicamos dos capas de pintura al agua en blanco roto.
3. A continuación, la rascamos con papel de lija suave, para crear un efecto desgastado en ciertas zonas de mayor roce.
4. Ahora lo más delicado: tapizar. Queríamos conseguir ese abombamiento tan característico de las sillas isabelinas, así que jugamos con los volúmenes. Conservamos las cinchas originales, y en primer lugar, en el centro, colocamos un pequeño cuadrado de 15x15cm de espuma de alta densidad de 5cm de grosor. La siguiente capa: espuma de alta densidad de 5cm de grosor dibujando el contorno de la silla y matando el canto para un acabado más redondeado. Y tercera capa: espuma de baja densidad fina, 1cm, para dar forma y redondear el acabado, en este caso, esta va grapada, así que la colocamos encima sin cortar, fuimos grapando y después cortamos el sobrante.
5. La siguiente capa fue de tela de algodón fina, para que la tela final no transparentara la espuma, ya que se trataba de una tela fina. El procedimiento es el mismo: colocamos la pieza de tela encima, vamos grapando y cortamos el sobrante.
6. La siguiente capa es la tela definitiva, hay que vigilar que no se hagan arrugas ni pliegues, que las dos esquinas queden igual a izquierda y derecha, y que no se estire más de un lado que de otro, lo que haría que la forma de la silla quedase asimétrica:
7. Y para rematar, escogimos una pasamanería en color blanco roto, que colocamos con cola caliente para tapar las grapas, y lista! Este es el resultado:
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Ha quedado espectacular, me encanta el aire romántico que le habéis dado. Es preciosa
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