Que nos gustan las casas viejunas, no hay duda, y si además en ellas viven artistas, entonces ya se vuelve una debilidad para nosotros... Para nuestro gusto, no hay nada que pueda dar mayor personalidad y calidez a una vivienda que una historia propia, con recuerdos y vivencias. Ya no se trata de un lienzo en blanco en el que empezar, sinó de continuar un libro que alguien empezó a escribir hace años y al que seguir aportando capítulos interesantes. Y es que abandonar una gran ciudad como París para ir a un pueblo, en busca de más espacio y libertad, es toda una declaración de intenciones de esta pareja de artistas, que han encontrado en Nimes su oasis particular.
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Ne encantan esas casa, siempre tienen un encanto especial!!
ResponEliminaBss